domingo, 15 de marzo de 2009

ANALISIS DE LPN (III).- El Truco del Balneario

Continúo la serie de comentarios en torno a los pasajes más comentados por los lectores, centrándome hoy en las escenas del balneario de Puente Viesgo, ubicado en la autonomía de Cantabria.

Todo lo que ocurre en el citado balneario, como saben cuantos han leído la novela, posee una importancia trascendental en el desarrollo de la narración. Para quienes aun no le han "hincado el diente", les diré que describe el proceso de enamoramiento entre un hombre maduro y una mujer relativamente joven, partiendo de una serie de afinidades intelectuales en cuanto a gustos culturales. De este enamoramiento "intelectual" se pasa al afectivo, y de aquí al nacimiento de una gran pasión que se quiebra de una manera abrupta y totalmente sorpresiva para el lector.

Confieso que estas escenas están entre mis preferidas de la novela por varias razones que paso a enumerar.

- Nadie, absolutamente nadie que yo sepa, y he hablado con más de un centenar de lectores, ha descubierto el truco de la doble identidad de uno de los personajes. Este "engaño" potencia en gran manera las secuencias finales de la primera parte, donde la pareja vuelve a encontrarse en unas circunstancias extraordinariamente trascendentales para ambos.

- La desaparición del "critico musical Pablo Santacruz" después de hacer el amor con Claudia, borrando todas sus "huellas", hecho que desquicia por completo a la galerista de arte italiana, es un truco que funciona muy bien. Es uno de los momentos en los que se acelera el interés de la narración. Reconozco que es un "golpe bajo" por mi parte, fruto de la experiencia de un viejo zorro plateado en el arte de contar historia. Pero...¿a que funciona de p. madre?

Y por último, y es una camparativa que nadie ha hecho y está puesta con toda la intencionalidad del mundo, comparad las frases de la descripción del acto amoroso entre Pablo y Claudia con las frases finales de la novela. Son prácticamente idénticas. Hay una similitud totalmente deliberada entre el éxtasis amoroso y el viaje hacia el paraíso. En otras palabras, el paraíso y el acto amoroso son muy parecidos. ¿Se atreve alguien a rebatirlo...?

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