QUERIDOS REYES MAGOS, me gustaría que algún día me traigáis un Papa como éste...
Ciudad del Vaticano, 12 dic (EFE).- "El Vaticano condena la clonación humana, la fecundación asistida, la congelación y destrucción de embriones, la píldora del día después y el uso de células madres embrionarias para la investigación…..". Después de leer esta noticia, y justo cuando mi hija me pedía que le ayudara a escribir la carta a los Reyes Magos, he recordado una novela que he leído hace poco…. y le he pedido permiso al autor para soñar con un Papa como éste...
A continuación, Su Santidad Adriano VII, tras observar la imponente plaza de San Pedro atestada completamente de fieles, continuó el discurso inaugural de su pontificado, ahora en el idioma de Dante y Petrarca:
― En base a la necesaria renovación de la Iglesia de la que hemos hablado, es muy importante que abramos el sacramento del matrimonio a todos los católicos sin distinción alguna. Hasta ahora hemos definido el matrimonio como una unidad de amor entre un hombre y una mujer. Sin embargo, la medicina y la psicología nos dicen hoy que la praxis homosexual no es una enfermedad ni una desviación psicopatológica. En consecuencia, pensamos que el concepto de matrimonio debería ampliarse a la unión de dos personas adultas, sean del sexo contrario o del mismo sexo.
La recomendación papal, a sangre fría, de que la Iglesia debería aceptar los matrimonios homosexuales dejó boquiabiertos a todos los obispos y cardenales, y confirió de pronto un interés inusitado a la homilía del nuevo Santo Padre.
SEXUALIDAD LIBRE
―El segundo punto que ponemos a la consideración del Pueblo de Dios es la sexualidad, un tema que siempre ha sido tabú para la Santa Madre Iglesia. Creo, hermanos, que ha llegado el momento de no culpabilizar el uso racional de la sexualidad en parejas jóvenes y adultas, siempre y cuando se ejerza con libertad por ambas partes. Sólo deberíamos considerar pecado la violación, la pedofilia y practicar sexo con una determinada persona cuando se está comprometido con otra por la traición que conlleva este acto hacia la persona amada. Y, como consecuencia de todo este nuevo planteamiento de la sexualidad, deben quedar despenalizados todos los métodos anticonceptivos.
Al escuchar lo anterior, los cardenales, obispos y sacerdotes del Tercer Mundo, sobre todo los africanos, respiraron aliviados ante el giro copernicano de la doctrina eclesial. La prohibición del preservativo por la moral católica había resultado totalmente nefasta para las comunidades cristianas en el continente negro debido al masivo contagio del sida en sus territorios.
―Nuestra tercera propuesta se refiere a la situación de la mujer en la comunidad cristiana… A pesar de sus espectaculares avances sociales en el pasado siglo, la mujer todavía ocupa lugares muy retrasados en la Iglesia con respecto al hombre. Está discriminada desde el momento que tiene vedado el acceso a puestos de responsabilidad. Pues bien, ha llegado el momento de eliminar este veto y aceptar la igualdad total con respecto al hombre. En consecuencia, pensamos que Dios vería con buenos ojos que la mujer pudiera ser ordenada sacerdote u obispo, ser elegida cardenal y, si es voluntad del Espíritu Santo, ocupar tambien la cátedra de San Pedro.
El anuncio de la igualdad, a todos los efectos, de la mujer y el hombre en la Iglesia fue acogida con fervoroso entusiasmo por la audiencia femenina que seguía la ceremonia. De manera especial, por los sectores más cercanos a los estamentos eclesiales como eran las religiosas, tanto conventuales como seglares, así como por las asociaciones femeninas parroquiales. Y, por supuesto, suponía un gran espaldarazo moral para los movimientos feministas, tanto creyentes como agnósticos y ateos.
Antes de que Adriano VII finalizara su explosiva homilía, el frenesí se había apoderado de todos los medios de comunicación. Los redactores telefoneaban enfebrecidos a personas relevantes de la Iglesia en busca de alguna declaración, al tiempo que los reporteros se tiraban a la calle, cámara y micro en mano, para conseguir opiniones de ciudadanos católicos y no católicos. Todo ello con el fin de poder ofrecer, en los noticiarios del mediodía, la mayor información posible sobre el bombazo periodístico que estaba protagonizando el nuevo Papa en la misa que inauguraba su pontificado.
VENTA DE LAS RIQUEZAS DE LA IGLESIA
―Por último, quiero centrarme en la labor más importante que desarrolla el catolicismo en el Tercer Mundo: la atención a los desheredados de la Tierra…Pero para que la lucha contra la miseria, la enfermedad y la incultura sea eficaz, se necesita dinero, mucho más del que aportan los gobiernos en ayudas al desarrollo. Y, sobre todo, es necesario que se gestione mejor y que esa ayuda llegue realmente a los necesitados sin que se la apropien por el camino algunos gobernantes y otros desalmados. Por este motivo, en nombre de Cristo que no tenía dónde reposar la cabeza, propongo que su Iglesia tampoco tenga donde reposar la suya.
El silencio en el inmenso óvalo de piedra, circundado por la imponente columnata de Bernini, era absoluto. Las quinientas mil personas que se apretujaban en la plaza de san Pedro y alrededores miraban con fijeza, como hipnotizadas, al hombre que acababa de imprimir un nuevo giro a la Historia. Por su parte, los altos dignatarios eclesiásticos, especialmente el férreo lobby de la curia romana, cruzaban miradas aterradas, resoplaban de indignación y mascullaban imprecaciones.
―En Occidente, la Iglesia es rica, muy rica, multimillonaria en oro, plata y en todo tipo de obras de arte…Me pregunto y os pregunto… ¿Si Cristo viniera hoy a la Tierra, reconocería a su Iglesia, la que él fundó con Pedro y los demás apóstoles…? Seguro que no se vería representado en esos cristos crucificados con clavos y coronas de oro… Ni tampoco identificaría a su Santa Madre viéndola arropada con esos mantos de terciopelo repujados de piedras preciosas… ¿Creéis que Jesús, el que nació en Belén, el hijo de María, el que pregonó las bienaventuranzas, el que murió en la cruz entre dos ladrones… creéis que es el mismo Cristo al que rendimos culto en nuestras impresionantes catedrales y en nuestras espectaculares iglesias…?
Tras esta larga y trascendental pregunta, una auténtica jabalina contra la conciencia de la jerarquía eclesiástica, Su Santidad lanzó otra pregunta aún de mayor calibre.
― ¿No creéis, queridos hermanos, que debemos estudiar la manera de que todas las riquezas superfluas de la Iglesia se conviertan en medicinas y hospitales, en escuelas y en promoción de empleo para las regiones más pobres de la Tierra...? ¿Qué necesidad hay de que el Papa habite en un palacio como el Vaticano...? ¿Por qué no puede vivir algún día, y no es demagogia, en una favela de Brasil, en una choza africana o en una casa de barro de la India…?
CONSECUENCIAS IMPREVISIBLES
El efecto de las propuestas papales en los príncipes de la Iglesia presentes en la ceremonia quedaba patente a través de los primeros planos y "barridos" que las cámaras de televisión efectuaban por sus eminencias. Algunos exhibían expresiones de auténtico pavor, otros tenían soldadas las mandíbulas por la ira y, en la mayoría, el desconcierto más absoluto se había convertido en su segunda epidermis.
Aquella homilía tuvo otros efectos...Una persona, agnóstica hasta entonces, rogó con fervor a Dios que protegiera al Santo Padre contra las furias que, de manera inevitable, iban a caer sobre él en el futuro. A cambio, le ofreció el mayor sacrificio que se le puede pedir a alguien en este mundo: el atroz tormento de renunciar al amor de su vida. Esa persona se encontraba sentada en una silla de tijera en el lateral derecho del obelisco petrino. Vestía traje de pantalón oscuro con camisa crema y ocultaba la tristeza de sus ojos enamorados tras los cristales azabaches de unas gafas de sol. Era Claudia Patricia Montini de Angelis.
(Extracto del capítulo 9 de LA PÚRPURA NEGRA, novela de Luis Murillo editada por Viamagna. www. lapurpuranegra.blogspot.com)
8 comentarios
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Como en cualquier lista de peticiones, con unas se identifica uno más que con otras.
1. La venta de las riquezas de la iglesia. Considero que es pan para hoy y ... desplegar comentariohambre para mañana. Siempre ha habido gente que ha hecho esta propuesta, "vender los bienes de la iglesia". Al día de hoy, los bienes de la iglesia, siguen siendo manifestaciones del cristianismo y patrimonio artístico de la humanidad.
2. Matrimonio homosexual. La oposición es a medias y más de tipo conceptual. Son muchos los siglos que el concepto de matrimonio viene involucrando a la unión de hombre y de mujer. Me gustaría que se utilizara otra palabra para la unión de dos personas del mismo sexo y que tuviera la misma consideración. No se puede distorsionar continuamente el vocabulario y pienso que no sería difícil dar con el término adecuado.
3. Sexualidad libre.De acuerdo, no se pueden poner barreras a las necesidades de la naturaleza humana.
4. La mujer al sacerdocio. De acuerdo y de manera urgente. Como las mujeres que colaboran en la iglesia hagan una huelga, la iglesia se hunde, entonces sí que habría que vender los bienes por no tener quien los cuide.
La novela es una carta a los reyes y mucho más. Que disfruten leyéndola los que todavía no la han hecho. ROMU”
Gracias. ”
Soñar no cuesta dinero, por eso, hermanos, olvidemos que se trata de una novela y soñemos con un Papa así. ”
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